Inducción
electromagnética
Cuando
movemos un imán permanente por el interior de las espiras de una bobina
solenoide (A), formada por espiras de alambre de cobre, se genera de inmediato
una fuerza electromotriz (FEM), es decir, aparece una corriente eléctrica
fluyendo por las espiras de la bobina, producida por la “inducción magnética”
del imán en movimiento.
Si al
circuito de esa bobina (A) le conectamos una segunda bobina (B) a modo de carga
eléctrica, la corriente al circular por esta otra bobina crea a su alrededor un
“campo electromagnético”, capaz de inducir, a su vez, corriente eléctrica en
una tercera bobina.
Por
ejemplo, si colocamos una tercera bobina solenoide (C) junto a la bobina (B),
sin que exista entre ambas ningún tipo de conexión ni física, ni eléctrica y
conectemos al circuito de esta última un galvanómetro (G), observaremos que
cuando movemos el imán por el interior de (A), la aguja del galvanómetro se
moverá indicando que por las espiras de (C), fluye corriente eléctrica
provocada, en este caso, por la “inducción electromagnética” que produce la
bobina (B). Es decir, que el “campo magnético” del imán en movimiento produce
“inducción magnética” en el enrollado de la bobina (B), mientras que el “campo
electromagnético” que crea la corriente eléctrica que fluye por el enrollado de
esa segunda bobina produce “inducción electromagnética” en una tercera bobina
que se coloque a su lado.
La
formula para inducción electromagnética es:
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